Implicaciones
1. Se elimina la deducción de las aportaciones hechas por las compañías a los fondos de pensiones y jubilaciones.
Esto, sin duda, tiene un efecto muy nocivo, ya que desincentiva la creación de planes de pensiones de las empresas para sus empleados e incluso podría promover la desaparición de los ya existentes.
Este tipo de planes, que a octubre del 2012 representaban 3% del Producto Interno Bruto, significa, además, una importante fuente de ahorro interno del país que tendería a desaparecer.
2. Se propone limitar la deducción de las compañías a 41% de las remuneraciones exentas que otorguen a sus trabajadores.
A este límite, entrarían temas tales como previsión social, fondos de ahorro, primas vacacionales, la parte exenta del aguinaldo y de la participación de los trabajadores en las utilidades, entre otras.
De acuerdo con el estudio de la AMAC, considerando la estructura de un programa de compensación promedio, se traduciría en un incremento de 8% en el costo de la nómina de las empresas, lo cual traería, a su vez, las siguientes consecuencias:
a) Pérdida de competitividad de nuestro mercado laboral, cuando lo que se necesita es hacer lo contrario: estimular la competitividad.
b) Eliminación de fuentes formales de empleo, al tener un costo de nómina mucho más elevado.
c) Un posible incremento en el precio de los bienes o servicios que producen las empresas.
d) Algunas compañías podrían decidir dejar de otorgar algunas prestaciones de previsión social, lo cual, a su vez, iría en detrimento de la calidad de vida de las personas.
e) Las empresas podrían optar en el mediano y largo plazo por convertir sus programas de beneficios, que sólo serían deducibles hasta 41%, a los esquemas de compensación gravable que se mantendrían deducibles a 100 por ciento.
Entonces no habría ningún aliciente para apoyar e influir en aspectos tan relevantes como el ahorro para el retiro y la cobertura de riesgos como fallecimiento o enfermedades.
Clase media, la más golpeada
Nuevamente, la clase media sería la más afectada, ya que para los trabajadores estas prestaciones no forman parte de su ingreso gravable.
Como ya mencionamos anteriormente, dentro de El Economista, si a esto le sumamos que el límite propuesto a las deducciones personales afecta también a aspectos de previsión como lo son los seguros de gastos médicos mayores o el ahorro para el retiro, el panorama se luce bastante gris.
Desafortunadamente, mucha de la discusión se ha ido a temas que en lo político suenan más, como el Impuesto de Valor Agregado a colegiaturas o a la vivienda.
Sin embargo, no debemos quitar el dedo del renglón, ya que si se descuidan temas tan importantes como la previsión social, se puede generar un problema social muy grave en el mediano y largo plazo, ante la insuficiencia de las pensiones provenientes de la seguridad social.
Debemos fortalecernos como país. La iniciativa de reforma hacendaria, propuesta por el gobierno federal, parecería pretender lo contrario.
Por: Juan Kanzagorta
http://m.eleconomista.mx/finanzas-personales