Durante varios años el modelo contable tradicional sirvió como base para medir con precisión la situación nanciera de las empresas, así como para estimar su valor monetario. Aquellas empresas que poseían gran cantidad de activos tangibles eran las más reconocidas, las más ricas, las más poderosas. Sin embargo, este criterio ha quedado obsoleto, ya no puede seguir utilizándose como un indicador con table para determinar la rentabilidad de una organización.